DENTRO DE LA BAÑERA
Ese día era un espacio blanco a mi alrededor. Estuve un
rato desconcertada, mirando a un lado y a otro; cuando, de repente, oí un ruido
leve, seguido de una sensación de humedad en mis pies. Era agua.
Una gota
Dos gotas
Tres gotas
Empezaba a llegarme a las rodillas.
No era lluvia, no caía tan sutilmente.
Allí estabas tú.
Tú y un grifo.
Tú sentado en el borde de lo que a partir de ese instante
comprendí que era una bañera.
Me sorprendí, pero te saludé. Bajaste la mirada y vi
dibujada en ti una cara de póker. Luego te hable, diciéndote que si podías
apagar la pila y pidiéndote que me ayudases a salir de allí. Te levantaste y
caminaste en su dirección, sin embargo, no subiste. Te grité. El agua alcanzó
mi cintura.
Tras un par de súplicas, trepaste por la
estructura.
Me sentí aliviada, salvada.
Mis ojos te siguieron con una sonrisa tranquila que fue
cambiando a una mueca de dolor.
La temperatura había subido, quemando mi piel.
El agua me cubría los codos.
Volví a gritar, entre gemidos de sufrimiento. Fuiste
debajo de la parte alargada del grifo, de cuclillas.
Te mire
como un cachorro mira al amo que le ha abandonado.
Y distinguí, aún siendo tapada por lo que no se si eran
lagrimas o más agua, una gesto maquiavélico.
-
¡ESCÚCHAME JODER!
¡SÁCAME DE AQUÍ!
Y a medida que tu sonrisa iba aumentando, mi cuerpo se
hundía en ese infierno acuático.
Pero no
todavía no
Con las fuerzas que pude reunir, salí a la superficie,
justo a tu lado, unos pies por debajo.
La misma cara del principio.
La misma cara que me había dado sonrisas cuando la
ayudaba.
La misma cara que había visto quebrarse al contarme sus
problemas.
-
Por favor...
Ayúdame por favor.
Y lo que me fue dado en respuesta fue una mano
Una mano que empujó mi cabeza debajo del agua para acabar su trabajo.
Una mano que empujó mi cabeza debajo del agua para acabar su trabajo.
Lucía Tuero
(EL relato anterior, tiene una versión en inglés que se puede leer aquí , ya que ha sido elaborado a propuesta de la profesora de la materia dentro de las actividades para conmemorar el 8 de marzo, y Lucía nos ha permitido amablemente publicarlo.)